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Poblada los linchó por robar bombillos

Su nombre era Adriana Desiré Rivero Osorio, tenía 36 años. Violada a los 10 años. A su padre lo matan en el reten de Catia y a su hermano en la cárcel de San Juan de los Morros.

Adriana era huérfana de madre, pues esta también fue asesinada dentro de su casa y su cuerpo lanzado a la calle.

Ella junto a su pareja murieron a manos de una poblada que los capturó por cometer el delito de: Robo de bombillos.

Adríana y su pareja de 24 años, fueron sorprendidos desenroscando bombillos al final de la tarde de esta semana en las residencias El Valle, en el barrio  San Andrés, en la capital de la convulsionada Venezuela.

Sus cuerpos quedaron tendidos con golpes, disparos y puñaladas, un dantesco cuadro que parece no escandalizar ni horrorizar a nadie.

Hampa molesta

En esa aleación extraña que está viviendo nuestro país, una mezcla entre vecinos y hampa, acordaron combatir el robo de bombillos que venía ocurriendo en dicho lugar desde hacía algún tiempo.

Su cuerpo fue a parar a la morgue de Bello Monte y siete días después aparecerían los familiares, quienes reclamaron el cadáver de la infortunada mujer.

Cadáver irreconocible

Cuando los familiares de la difunta los llamaron a las afueras de la morgue para realizar el reconocimiento del cadáver, no fue nada fácil

Debieron apoyarse en todas las fotografías tomadas por los  cuerpos policiales. Pues la cantidad de disparos, golpes, puñaladas dificultaban el reconocimiento.

El cadáver presentaba disparos en la cabeza, perdida de un ojo  y gran cantidad de lesiones, al igual que el de su pareja y compinche de robos.